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En un mundo como el de Hollywood, donde la imagen lo es todo, resulta curioso ver cuánto pueden llegar a cambiar, según pasan los años, algunos de los famosos más representativos del séptimo arte.
Pero no nos engañemos. Este no es uno de esos posts. No, aquí hemos querido escoger tres cambios físicos muy puntuales, bien distintos a las habituales listas, con un objetivo claro. El mismo que ha estado presente en este blog desde su creación.
La meta final es que los habituales lectores (y en cuanto a los nuevos, ¡hola y bienvenidos!) puedan comprobar, al llegar a casa, que los hechos aquí expuestos se revelen claramente, de acuerdo a la información aprendida, en sus películas favoritas. De este modo, nuestros sagaces seguidores se verán descubriendo detalles que en un primer vistazo les pasaron desapercibidos.
Por lo tanto, nuestros tres actores protagonistas del artículo han experimentado notorios cambios físicos a lo largo de su carrera, como ya avisamos en el título, y sin estar plegados a las inflexibles exigencias del guión (que propiciaron drásticos desequilibrios de peso en actores tan versátiles como Robert de Niro o Christian Bale, entre otros). Pero esto no es todo, ya que las metamorfosis han determinado su casting en roles concretos. Estos roles, y ahí radica su única e irrepetible magia, no estarían registrados en las filmografías de las estrellas… de no ser por los susodichos cambios físicos.
Y con todo esto lo suficientemente claro… empezamos.
3. Marlon Brando
La entrada final que ha hecho posible este artículo, y la primera que podéis leer, ha sido una aportación vía Twitter de Beatriz Olandía (a quien os recomendamos fervientemente seguir), y que nos ha permitido llegar al mínimo autoimpuesto por cada post.
El renombre que tiene Marlon Brando (protagonista indiscutible de una de las películas mejor valoradas de la Historia del Cine, e intérprete de varios de los clásicos más memorables) impide que cuaje del todo con el propósito del post. Pese a todo, y dado el carácter de varios de sus últimos papeles, podemos servirnos del mítico intérprete para nuestro esclarecedor propósito.
De modo que Brando empezó en el cine desenvolviéndose con soltura en sus papeles de galán más escultural, desde el Stanley Kowalski de Un tranvía llamado deseo…
… al inmejorable Terry Malloy de La ley del silencio…
… pasando por el también reseñable Marco Antonio de Julio César.
Sin embargo, la apariencia física de Brando empezó a variar conforme avanzaban los años (y no solo por los inevitables estragos de la edad). El actor experimentaba una insana adicción por la comida que se traducía en continuos reajustes de las prendas de ropa que debían lucir sus personajes.
Su compañero de reparto en El rostro impenetrable (que el bueno de Marlon también dirigía), Karl Malden, afirmó públicamente que Brando podía llegar a cenar «dos filetes, patatas, dos tartas de manzana con helado [la gran debilidad del actor] y un litro de leche«, una dieta nada saludable que imponía cambios en el ropaje del protagonista día sí y día también.
La leyenda también cuenta que, durante este rodaje, cuando se celebró el cumpleaños de Brando; el equipo no solamente le regaló un cinturón con la tarjeta Esperamos que encaje, sino que además colocaron una señal en la tarta que rezaba No alimenten al director. Aviso fútil, pues el goloso de Brando se tomó hasta cuatro trozos del suculento pastel.
Su siguiente proyecto no fue mucho mejor. En Rebelión a bordo Brando engordó hasta 20 kilos (de acuerdo a nuestra periodista favorita) y rompió hasta 52 pares de pantalones, sin contar los repuestos… que también terminó por destrozar, si bien en esta escena nada parece indicar sus posteriores excesos, que tantos problemas de salud le acarrearían en los años venideros.
A lo largo de su versátil carrera, el problema de Brando con la comida lastró, significativamente, la caracterización de algunos de sus personajes, e impidió que siguiera la estela de otros divos de su época, como Paul Newman o Jack Lemmon, en roles dramáticos de cierta relevancia (e incluso en primera línea del reparto).
Así tenemos La isla del Dr. Moreau, en la que en esta involuntariamente hilarante escena Brando interpreta la Polonaise de Chopin…
… la casi desconocida comedia Asalta como puedas…
… o The Score (Un golpe maestro), su despedida oficial de la gran pantalla.
Únicamente Coppola, en su Apocalypse Now, quiso sacar partido de la notoria obesidad de Brando para el icónico personaje del coronel Kurtz. Coppola no dejó de mostrar la auténtica envergadura del actor, e incluso llegó a exagerarla un tanto; para darle ese aspecto brutal y salvaje, y se preocupó de que la cámara enfocara con insistencia la parte más prominente del vientre de la estrella. Pese a todo, Coppola no dudó en ocultar convenientemente entre sombras a Brando para la escena más importante de la película, con el fin de que su tamaño no restara fuerza o seriedad a su contundente monólogo.
2. Rafe Spall
¿Quién es Rafe Spall? Muy pocos caerán en la cuenta de que el simpático escritor que detona la trama en La vida de Pi…
… fuera el mismo gordito, canalla y respondón, que amargaba a Shaun (Simon Pegg) en la más que recomendable Zombies Party.
De este modo, y siguiendo el camino inverso al que recorrió Brando, Spall ha conseguido que el perfil medio del papel que se le encomienda varíe sustancialmente. Y todo ello gracias a (o por culpa de) un canon de belleza imperante en Hollywood tan afianzado como cruel.
Spall pasó, pues, sus primeros papeles tal y como se le puede ver, junto a Orlando Bloom, en The Calcium Kid…
… o, un año después, en Hooligans.
Tras su visible pérdida de peso, Rafe Spall estaba prácticamente irreconocible en la (no-oficial) segunda parte de Zombies Party, Arma fatal…
… y los mismos tiros iban por otra de sus más recientes interpretaciones, uno de los papeles secundarios en la anticipada Prometheus.
1. Alexis Arquette
Aquellos que sean más cinéfilos habrán oído, visto o leído en unos títulos de crédito el apellido Arquette. El trío de gracia del quinteto de hermanos (siendo Richmond el menos conocido) se compone de David, Rosanna y Patricia. Y sin embargo, nadie tiene en toda su filmografía una escena más característica e inolvidable que Alexis. Concretamente, esta.
Por si seguís preguntándoos quién es nuestro protagonista, os congelamos la imagen:
Sí. Alexis Arquette es el actor que, al principio de la película, sale del baño, dispara contra John Travolta y Samuel L. Jackson… y les deja sin un rasguño.
Sin embargo, en un momento de su vida Alexis Arquette sintió que no estaba siendo sincero consigo mismo, en el nivel más personal posible. Por ello, decidió cambiar de sexo y someter a su cuerpo a todas las operaciones quirúrgicas necesarias.
Su resolución le ha convertido en uno de los iconos transexuales más específicos en el séptimo arte, y sus papeles pasaron de las iniciales variaciones entre travestismo e insinuación homosexual al ya asumido carácter «trans» del actor (hoy actriz).
Así, hemos podido verle, antes de su operación, en la última adaptación de la novela de John Steinbeck De ratones y hombres…
… travestido, en El chico ideal…
… maquillado como gótico, en La novia de Chucky…
…. y ya totalmente operado, en un breve cameo de la serie televisiva Californication.